El otro día Pilar nos hacía reflexionar sobre la importancia de la libertad (que viene de la inteligencia) para poder tomar buenas decisiones, aquellas que nos dan la verdadera felicidad.
Quien no reflexiona, ni buscar el saber, no es capaz de elegir ya que no sabe qué opciones tiene; Quien no elige, no toma las riendas de su propia vida, si no que se deja llevar por lo que le que viene impuesto.
Esto se puede trasladar a diferentes planos y configura nuestra relación con la realidad que nos rodea (familia, amigos, equipo de trabajo…) No puedo querer a los demás si no me quiero a mí mismo, y no me quiero a mí mismo si ni siquiera me conozco.
El no pensar, el no plantearse estas preguntas, hacen que pasen los días, los meses y los años sin un propósito en la vida, buscando llenar esos vacíos internos con cosas accidentales sin que nada te haga pleno del todo ya que no son la esencia de mi ser, aquella que desconozco.
¿Queremos de verdad dejar pasar el tiempo y continuar dando palos de ciego?
Es interesante partir de las siguientes ideas: ¿De dónde vengo? ¿Qué tipo de persona quiero llegar a ser? ¿Qué pasos voy a dar para poder alcanzarlo? Y creo que, para ello, para poder hacer un buen uso de esa libertad, hace falta voluntad, buen ánimo y sobre todo una gran inquietud por buscar la verdad…
Gracias, Pilar, por hacernos pensar!!